





La Heráldica
Los escudos heráldicos nacen en la antigüedad. Los caballeros los usaban, no por estética. En sus eventos bélicos y torneos, los contendientes, para su protección, usaban armaduras. Esto hacía que en pleno combate fuera difícil distinguir amigos o enemigos. Ahí nace la necesidad de llevar en el escudo unas pinturas que identificaban al caballero y al bando en el que militaba.
Hoy no tiene ninguna dificultad, en internet por ejemplo, buscar el escudo de su apellido. ¿Es entonces, ese escudo el de Ud.? Definitivamente no. No todos los Cáceres, no todos los Ibáñez, no todos los Rodríguez y así con todos los apellidos, llevan el mismo escudo, porque hay distintas ramas. Muchísimas. Los escudos no pertenecen al apellido. Pertenecen a un linaje. Más claro, a una familia concreta y como derecho, a sus descendientes de sangre. Los apellidos tienen multitud de orígenes que no están relacionados entre sí. Para tener un escudo en propiedad, tendría que tener los documentos que lo acreditaran. Entonces podrían usarlo, todos los descendientes de la línea legítima masculina, de la persona a quien fueron originalmente otorgados o confirmados. Simplemente es un fraude o como Ud. quiera llamarlo. Por ser condescendientes, diremos que un engaño. Podría darse el caso, por raras circunstancias, que su linaje sea poseedor de un escudo propio y no disponga de la documentación precisa. Tendría que realizar una investigación de sus antepasados, hasta llegar al primero que ostentaba la concesión del escudo.Es una labor muy costosa, habría que investigar la lista de sus antepasados a lo largo de cientos de años. Tenga en cuenta, que los escudos pueden datar de La Edad Media. Con la dificultad añadida por la posible pérdida de documentos en los antiguos registros, por muchas razones. Desidia, incendios, desastres naturales o expolios ocurridos durante las guerras y revueltas, ocurridas durante la historia, etc. En todo caso y lo más seguro, es que la investigación le llevara a conocer una serie de antepasados que no le garantizan, en absoluto, que fueran poseedores documentados del escudo de armas del linaje. Tiempo y dinero perdido. Sin ninguna garantía de éxito. No parece sensato sumergirse en esa aventura.
LO QUE LE ENTREGAMOS
El diseñador heráldico, realiza el diseño de los escudos siguiendo las normas de las figuras y disposición de elementos propios de la heráldica. Son dibujos que tienen las características exigidas por la ciencia que nos ocupa. Después se blasona, que es la descripción del escudo, en los términos exclusivos de la heráldica. Una vez realizada la obra, se registra legalmente. Ya es suyo. De por vida. Para siempre. La historia de su linaje, comienza.
En ese momento disponemos de un escudo legal en todo el mundo. El poseedor de este escudo tiene el patrimonio de uso de este distintivo único y con documentos acreditativos. Un elemento de distinción que, por su singularidad, será símbolo de la familia para siempre.
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Estas garantías se encuentran reforzadas además con un proceso de auditoría de todos los documentos firmados y fechados sobre blockchain haciendo pericialmente incuestionable su validez en legislaciones que pudieran cuestionar la normativa europea, dando cobertura de esta forma a posibles litigios en cualquier nación.